Los políticos, los economistas y Wall Street están preocupados por una calamitosa crisis financiera y económica. Muchos temen que el incumplimiento del gobierno tenga consecuencias económicas nefastas: tasas de interés altísimas, pánico en los mercados financieros y tal vez una depresión económica.
En circunstancias normales, una vez que los mercados comienzan a entrar en pánico, el Congreso y el presidente suelen actuar. Esto es lo que sucedió en 2013 cuando los republicanos intentaron usar el techo de la deuda para desfinanciar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.
Pero ya no vivimos en tiempos políticos normales. Los principales partidos políticos están más polarizados que nunca, y las concesiones que McCarthy hizo a los republicanos de derecha pueden hacer que sea imposible llegar a un acuerdo sobre el techo de la deuda.
5. ¿Hay una mejor manera?
Una posible solución es una laguna legal que permita al Tesoro de los EEUU acuñar monedas de platino de cualquier denominación. Si el Tesoro acuñara una moneda de $1 billón y la depositara en su cuenta bancaria en la Reserva Federal, el dinero podría usarse para pagar programas gubernamentales o pagar a los tenedores de bonos del gobierno. Esto incluso podría justificarse apelando a la Sección 4 de la Enmienda 14 de la Constitución de los Estados Unidos: “La validez de la deuda pública de los Estados Unidos… no será cuestionada”.
Pocos países incluso tienen un techo de deuda. Otros gobiernos operan efectivamente sin él. Estados Unidos también podría. Un techo de deuda es disfuncional y periódicamente pone en peligro la economía de los EEUU debido a la fanfarronería política.
La mejor solución sería eliminar por completo el techo de la deuda. El Congreso ya aprobó el gasto y las leyes tributarias que exigen más deuda. ¿Por qué debería aprobar también el endeudamiento adicional?
Debe recordarse que el techo de deuda original se estableció porque el Congreso no podía reunirse rápidamente y aprobar los gastos necesarios para pelear una guerra. En 1917, los viajes a través del país se realizaban por ferrocarril, lo que requería días para llegar a Washington. Esto tenía algún sentido entonces. Hoy, cuando el Congreso puede votar en línea desde casa, ya no es así.
*Steven Pressman es profesor de economía a tiempo parcial, The New School.
Fuente: Univision.com