En ambos casos, los líderes del Senado recurrieron a una maniobra excepcional llamada la ‘opción nuclear’. Para cambiar las reglas del Senado hace falta 67 votos, algo que es aún menos posible de alcanzar en la situación actual. La opción implica convocar el voto de cierre de debate (‘cloture’) y cuando se determine que no hay suficiente respaldo activar una serie de votos que terminaría con la aprobación de la excepción.
El problema es que para eso los demócratas necesitan los 50 votos de la bancada, más el de la vicepresidenta Kamala Harris, que garantiza el desempate. Pero hay al menos dos, Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Kyrsten Sinema, de Arizona (en la foto), que no parecen dispuestos a acompañar a al líder Schumer en esta iniciativa. Sin el voto unánime de la bancada demócrata, la ‘opción nuclear’ no podrá concretarse.
Volver al filibuster “hablado”
AP
Una de las ideas es reestablecer el filibuster retórico que exige a los senadores mantener el debate sobre las leyes abierto hablando interminablemente en la sesión del Senado. Es la maniobra que se hizo popular en la película de Fran Capra “Mr. Smith goes to Washington”, de 1939, en la que James Stewart (en la foto) interpreta un ingenuo senador que trata de bloquear una ley dañina para su estado con un maratón retórico. Ese modelo del filibuster cayó en desuso en los años 70, aunque se usó varias veces, más como arma de algunos senadores para elevar su perfil en ciertos temas (las 15 horas de Chris Murphy en 2016 hablando sobre control de armas, o las 21 horas de Ted Cruz en 2013 en contra de Obamacare) que como arma para impedir el voto.
Para romper ese filibuster hablado seguirían haciendo falta 60 votos, aunque con seguridad, los proponentes de esta vía confían en que será muy difícil para un senador hablar todo el tiempo que haga falta bloquear una ley sin romper las normas que rigen el filibuster (como permanecer de pié o no poder ir a la baño).
AP
Otra posibilidad es mantener la exigencia de tres quintos de la cámara, pero de los senadores que estén presentes al momento de la votación y no de la totalidad de 100 escaños, que es como se cuenta actualmente. Sin embargo, es poco probable que funcione en casos de leyes álgidas, como las del derecho al voto que están actualmente en consideración, porque el partido de la minoría hará lo necesario para que sus miembros estén presentes en la votación y conjuren la posibilidad de ser superados en el voto de ‘cloture’ por la mayoría.
Eliminar el filibuster previo
Getty Images
Las leyes del derecho al voto no habían podido ser consideradas hasta ahora en el Senado porque los republicanos se han opuesto en las cuatro ocasiones que ha sido presentada la ‘moción para proceder’, que permite abrir el debate En esta instancia también se requieren 60 votos y es considerado como parte de la maniobra del filibuster, en este caso un bloqueo previo que impide siquiera que un tema pase a ser considerado en el pleno de la cámara. Eso no soluciona el escollo del voto de ‘cloture’ para el que seguirían haciendo falta las tres quintas de los votos del Senado. La estrategia de los que proponen esta modificación a la regla es que una vez abierto el debate, se pueda convencer a los suficientes senadores de la minoría en los méritos de la ley en discusión para que permitan el voto final.
Fuente: Univision.com