Durante la pandemia, el Congreso aprobó suspender por un tiempo el techo de la deuda, fijado en 22 billones (trillion en inglés).
Ese plazo acabó el 31 de julio pasado, para cuando de acuerdo con datos del Tesoro, el país debía 28.43 billones de dólares (trillion en inglés).
Ese día, el techo de la deuda pasó a ser nuevamente de 22 billones y, desde entonces, el Tesoro ha estado ‘maniobrando’ con medidas extraordinarias para no endeudarse más ni tampoco caer en incumplimiento.
Han pasado casi dos meses y esas medidas se están agotando. Por eso la jefa del Tesoro, Janet Yellen, ha pedido al Congreso actuar ya.
“Una demora que ponga en tela de juicio la capacidad del gobierno federal para cumplir con sus obligaciones posiblemente cause un daño irreparable a la economía de Estados Unidos y a los mercados financieros globales”, escribió Yellen.
“En momentos en que las familias y negocios de Estados Unidos siguen sufriendo el golpe de la pandemia, resultaría particularmente irresponsable poner en riesgo la fe y el crédito de Estados Unidos”, acotó en su carta.
UN IMPACTO “DEVASTADOR”: MILLONES DE EMPLEOS PERDIDOS
Hasta ahora, ha habido consenso entre los expertos: un ‘default’ de la deuda de Estados Unidos sería “devastador” y con consecuencias prolongadas.
“Nadie se escaparía. Sería un desastre autoinfligido de tal magnitud que no podríamos recuperarnos, en un momento en el que nuestra posición en el mundo está siendo cuestionada”, dijo a CNN Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
Y, análisis que ponen ese golpe en números ilustran la gravedad de ese potencial escenario.
Uno preparado por Moody’s Analytics advirtió que una pelea prolongada en el Congreso le costaría 6 millones de empleos a la economía estadounidense, 15 billones de dólares (trillion en inglés) a la riqueza de las familias del país y llevaría la tasa de desempleo a casi o 9%.
Fuente: Univison.com